La "virtopsia" debe ser considerada no sólo como unos procedimientos post-mortem (complementando pero no sustituyendo a la autopsia tradicional), sino como un modo de examinar partes corporales de una manera interactiva, sea en el fallecido o en el sujeto vivo. Ello amplia su utilidad y hace apropiado el procedimiento siempre que se requiera un examen anatómico forense reproducible, preciso, interactivo y en tiempo real.
Técnicas:
Durante muchos años, la única forma de energía o radiación empleada por la radiología fueron los rayos X. A principio de los años sesenta, comenzaron a emplearse los equipos de ecografía o ultrasonografía, aparatos que empleaban los ultrasonidos para obtener imágenes del interior del cuerpo. Los huesos y el gas son barreras que impiden el paso eficaz de los ultrasonidos y limitan su empleo. Una aplicación de los rayos X que fue revolucionaria es la tomografía computarizada, o TAC, que permite realizar exploraciones tridimensionales de todos los órganos del cuerpo incorporando a un tubo de rayos X giratorio un potente ordenador que es capaz de reconstruir las imágenes.
Una de las técnicas más novedosas es la imagen de resonancia magnética nuclear, cuyos equipos contienen potentes dispositivos capaces de generar campos magnéticos de hasta más de dos teslas (20 000 gauss) en el campo del diagnóstico y de más de tres teslas en el campo de la investigación. Los campos así generados son capaces de alinear ordenadamente el momento magnético nuclear de los átomos con un número impar de nucleones del organismo que se estudia. Cuando el campo magnético baja bruscamente, los momentos de los átomos del organismo se desalinean, orientándose cada uno en una dirección distinta, al azar, al tiempo que emiten radiaciones electromagnéticas en una banda de radiofrecuencia. Estas radiaciones, recogidas y procesadas por ordenador, se emplean para reconstruir imágenes del interior del cuerpo en las cuales la intensidad mayor o menor de la señal corresponde a los átomos de hidrógeno de los tejidos y del agua corporal. Recientemente se está incorporando a las técnicas de la radiología la tomografía por emisión de positrones (PET o TEP). Se trata de una tecnología que utiliza isótopos radiactivos que se introducen en moléculas orgánicas o radiofármacos que son inyectados al paciente y posteriormente se analiza la emisión radiactiva de los diferentes tejidos según la captación del radiofármaco que presenten. Generalmente se utiliza glucosa marcada con flúor-18, por lo que existe mayor afinidad por parte de las lesiones tumorales o inflamatorias. Se pueden realizar estudios combinando TAC y PET, lo que permite mayor resolución espacial junto con imágenes funcionales.
El profesional médico encargado de supervisar el examen radiológico e interpretar la Imagen médica es el médico radiólogo o el médico nucleista -en el caso de la Medicina nuclear-. El profesional encargado de la obtención de imágenes médicas es el Técnico en imagen para el diagnóstico, o, en algunos países, el Tecnólogo Médico con mención en Imagenología y Física Médica.
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